Los arrecifes que bordean Isla de la Juventud son vibrantes ecosistemas llenos de vida y color, con un enorme potencial para, el buceo contemplativo, la fotografía submarina y estudios científicos.

Ese destino privilegiado para el turismo de inmersión ofrece experiencias únicas en un entorno hermosamente resguardado, libre de los efectos negativos de la acción humana y el cambio climático.

Cuatro crestas arrecifales bordean el litoral sureste del municipio especial, al tiempo que proporciona un escenario espectacular debido a la presencia de restos de antiguos naufragios, testigos silenciosos de la historia naval en esta parte del mar Caribe.

Según especialistas de la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), estos arrecifes no solo están en excelente estado de conservación, sino que también son algunas de las comunidades biológicas más antiguas del planeta.

Además de ser el hogar de una cuarta parte de todas las especies marinas de esta cuenca, los arrecifes actúan como barreras naturales que protegen el litoral de fenómenos meteorológicos adversos.

Su increíble diversidad de formas, colores y vida marina no solo atrae a turistas, sino también a la comunidad científica, interesada en estudiar y promover estrategias de conservación para esos ecosistemas.

La investigación científica, la conservación, la educación ambiental y el compromiso de los habitantes de la segunda isla cubana en importancia son esenciales para mantener la vitalidad de estos arrecifes. Gracias a estos esfuerzos, esos ecosistemas marinos continúan ofreciendo a visitantes y lugareños una de las mejores experiencias submarinas del mundo.

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