La Ilustración Científica “IC” surge de la necesidad que tiene la ciencia de ilustrar objetivamente objetos reales, conceptos, procesos, detalles y relaciones del entorno. En estos últimos casos puede incorporar representaciones de carácter especulativo, aunque basadas en la ciencia. Esta es una disciplina artístico-científica cuyo propósito es sintetizar y representar visualmente información de carácter científico mediante el uso de la ilustración.
Las IC se utilizan para crear colecciones, clasificadas y ordenadas, de diversos componentes de la naturaleza. Una de sus aplicaciones más usuales es la posibilidad de comparar dos o más objetos a fin de determinar si son o no de la misma naturaleza. Por ejemplo, por la forma de las flores y hojas se identifican las plantas.
Por ello es esencial que la IC tenga claridad, objetividad y precisión, aunque los requisitos pueden variar de acuerdo al público meta y el objetivo de la imagen. Si está dirigida al público en general puede incorporar algo de especulación y de la imaginación del artista y el científico, pero si el objetivo es representar un objeto o proceso natural, entonces el rigor y la objetividad son fundamentales.
La IC es tan antigua como la civilización primitiva, pues algunos dibujos en las cavernas de Altamira se han considerado de carácter científico. Un destacado ilustrador científico fue Leonardo Da Vinci, quien elaboró tanto reproducciones muy precisas de la realidad como diseños de objetos creados por su imaginación. En general la IC se utiliza regularmente en botánica, zoología, geología, medicina, arqueológica, microbiología, astronomía, astrofísica, entre otras.
Sin embargo, a pesar de su importancia y papel en la divulgación del conocimiento, los artistas que se dedican a la Ilustración Científica son prácticamente desconocidos, y no se les considera ni por sus aportes a la ciencia ni por la innegable calidad de sus obras de arte.
La ilustración científica en Cuba
En Cuba hay trabajos de IC de altísima calidad, sobre todo vinculadas a la representación de plantas, animales y fósiles en las publicaciones de Ramón de la Sagra, Miguel Rodríguez Ferrer, Juan Gundlach, Mario Sánchez Roig, y muchos naturalistas cubanos y extranjeros que trabajaron en Cuba. Entre los científicos cubanos que ilustraron sus propias obras están Felipe Poey y Aloi, Oscar Arredondo, Esteban Gutiérrez, Nils Navarro y muchos otros, raramente reconocidos por sus obras de arte.
El caso es que muchas veces, cuando hojeamos un libro científico, no nos percatamos del trabajo del ilustrador, de cuya precisión depende la veracidad de los objetos representados.
Sin embargo, hay otro tipo de ilustración científica, mucho más impregnada de arte, que se ocupa de la reconstrucción de los ambientes naturales, tanto actuales como pretéritos. En el caso de la reproducción de los ambientes actuales hay no pocos artistas cubanos reconocidos que se han inspirado en la naturaleza y han creado hermosas reproducciones de la misma.
Se conoce como “Paleoarte” a aquellas ilustraciones que reproducen animales, plantas y paisajes del pasado, generalmente ya desaparecidos. Esta especialidad requiere de habilidades especiales, pues su objetivo es “crear” reconstrucciones del aspecto en vida, digamos, de un animal extinto, sobre la base de sus restos fósiles y las características de alguna especie actual emparentada con aquella. Para obtener buenos resultados el artista debe estudiar biología, anatomía comparada, evolución y comportamiento de las especies actuales.
Hoja Filatélica del Vinialesaurus caroli. Ilustración de José Antonio Medina.
En Cuba hay algunos ilustradores científicos apenas conocidos, como Esteban Gutiérrez entre los especialistas en insectos, Nils Navarro entre los amantes de las aves, y José Antonio Medina entre los filatélicos (https://filateliadesdecuba.wordpress.com/2013/12/02/dinosaurios-del-caribe/) .
Premiado un Paleoartista Cubano
Para alegría de los paleontólogos cubanos, este mes acaba de ganar el Tercer Lugar del Premio Italiano de Paleoarte del Museo Paleontolgico di Montevarchy, el paleoartista pinareño Jorge Mario Machó Pupo (https://artsupp.com/es/montevarchi/exposiciones/premio-italiano-di-paleoarte-2024), que se ha dedicado a la reconstrucción de los paisajes marinos y terrestres del Mesozoico del Caribe, sobre la base de los conocimientos existentes sobre las rocas y fósiles encontrados en Viñales y sus alrededores (https://www.juventudrebelde.cu/index.php/suplementos/en-red/2013-07-20/los-saurios-fosiles-cubanos-fotos) .
El Museo Paleontológico de Montevarchi organiza esta competencia artística desde hace cuatro años, con el objetivo de difundir el conocimiento del Paleoarte, como representación de la vida prehistórica a través de diversas técnicas artísticas. Se recibieron a concursar más de 80 propuestas entre ilustraciones y proyectos, muchos desde el extranjero. Las obras premiadas formarán parte de una original exposición artística que fue inaugurada el pasado 12 de octubre.
Al recibir el galardón, Jorge Mario Machó Pupo expresó que es “Un honor y un placer poder participar en esta muestra. Está obra fue un proyecto muy complejo y de una preparación muy exhaustiva”.
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