Cuando todavía no ha salido el sol, ya la joven Yamilé Báez Fernández, presidenta de la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Bernardo Díaz, de Cifuentes, está en pleno cañaveral, llevando consigo la acostumbrada gorra roja, una camisa de mangas largas y el par de botas que le permite moverse con soltura entre las plantaciones.
Quien la vea puede tener la impresión de estar en presencia de una mujer difícil de tratar; sin embargo, los que la conocen mejor reconocen en ella a la persona dulce y amable que es capaz de preocuparse hasta por el más mínimo detalle de la gente que la rodea.
Eso sí, Yamilé no comulga con la chapucería o el engaño, según cuenta Erisbel Hernández, uno de los 50 integrantes de la CPA, quien nos dice, medio en broma, medio en serio: «Esa muchacha, de la misma manera que te estimula por lo bien que trabajas; también te puede cantar las 40 si te pasas de listo, y entonces sí que se pone fea, fea».
La exigencia de la presidenta ha sido una de las claves para los buenos rendimientos cañeros de la cooperativa, entidad que el año pasado promedió 71,84 toneladas por hectárea, uno de los mayores del país; resultados que lograron con iguales limitaciones en recursos que otras instancias, las cuales apenas sobrepasaron las 20.
«Creo que la clave está en trabajar bien, con mucha disciplina y rigor en todo lo que hagamos; si eso se logra, lo demás viene solo», señala Yamilé Báez, quien lejos de amilanarse por la falta de insumos para las plantaciones cañeras, pensó en aplicar más ciencia como una de las vías para obtener mejores rendimientos.
«Ante la carencia de fertilizantes, abonos y herbicidas, acudimos al Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar de Ranchuelo, en Villa Clara, para que nos sugirieran qué más debíamos hacer», refiere, y reconoce que las orientaciones y sugerencias de los científicos de esa entidad contribuyeron a salvar a su cooperativa de la ruina.
Gracias al convenio firmado con esa institución, la Bernardo Díaz logró contar con rigurosos análisis de los diferentes tipos de suelos, además de otras sugerencias sobre las variedades que debían sembrar, para lo cual recibieron la capacitación imprescindible por parte de los avezados especialistas, reconoce la presidenta de la CPA.
Frutos de la perfecta ecuación entre exigencia, control, ciencia e innovación son los resultados económicos de la cooperativa cifuentense, donde sus socios promedian casi 10 000 pesos mensuales de salario, lo cual ha generado motivaciones e incentivos para continuar mejorando los rendimientos cañeros y, lo más importante, más materia prima de calidad para fabricar el azúcar que necesita el país.
LAS UBPC TAMBIÉN PUEDEN SER EFICIENTES
Eso de que las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) son irrentables por naturaleza, no va con Jorge Luis Santoyo Cabrera, el jefe de lote más destacado de la UBPC Carrillo, de Remedios, quien demuestra con su accionar que en medio de las dificultades y limitaciones de recursos que sufre el país hay opciones para salir adelante.
La entidad, de exiguos rendimientos cañeros durante algún tiempo, comenzó a cambiar cuando se percataron de que en la ciencia estaba una de las principales reservas para elevar los resultados productivos, cuenta Santoyo, considerado, hoy por hoy, como uno de los mejores jefes de lote de Villa Clara.
«Seguir al pie de la letra las recomendaciones de los científicos del Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar de Villa Clara y de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, nos posibilitó crecer en los rendimientos, que llegaron a ser el año pasado de poco más de 53 toneladas por hectárea, aunque ahora están en 42 por razones objetivas», explica el labriego, quien no duda en afirmar que su meta es superar las 70.
Sobre las razones de este avance, el jefe de lote de Carrillo explica que recibir los servicios científicos y técnicos de los prestigiosos investigadores, así como su asesoría permanente, les dio la luz para solucionar muchos de los problemas que tenían acumulados, como sembrar la gramínea en cualquier tipo de suelo; no tener en cuenta la variedad apropiada para esa zona; o aplicar fertilizantes –cuando los había– sin tener en cuenta las dosificaciones correctas, entre otras anomalías.
Junto a esos razonamientos, otras acciones también contribuyeron a elevarse sobre los problemas, como la adquisición de 30 yuntas de bueyes para mejorar la atención cultural a las plantaciones, además de incrementar la limpia manual por parte de los 130 socios de la UBPC y algunos contratados.
Gracias a esas labores, hoy los afiliados a la cooperativa de Carrillo devengan una salario superior a los 6 000 pesos mensuales, además de beneficios como frijoles, maíz, viandas y otros productos que cultivan allí para favorecer la alimentación de la membresía, señala Jorge Luis Santoyo.
QUE LA CIENCIA NO CAIGA EN SACO ROTO
Conocida es la situación por la que atraviesa la zafra azucarera, debido a las dificultades financieras que enfrenta el país; además de deficiencias organizativas y de dirección, rotura de equipos e indisciplinas laborales y tecnológicas que priman en el sector, entre otras razones que llevaron al III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba a la aprobación de 93 medidas para salvar la producción cañero-azucarera.
Sobre el tema, y el rol de la ciencia en la recuperación del sector, Aydiloide Bernal Villegas, reconocida investigadora del Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar en Villa Clara, comentó que, aunque las medidas son muchas y variadas, hacen énfasis en el papel de la ciencia y la innovación como una de las vías para recuperar esa producción.
«Hay que partir del reconocimiento de que no siempre se ha escuchado lo que han dicho los científicos sobre este tema», precisó la especialista, quien añadió que muchas veces no se siembran las variedades propuestas por los expertos, en correspondencia con el tipo de suelo previsto, lo cual ha conspirado contra los buenos rendimientos.
Dijo, además, que se impone sembrar variedades de madurez temprana, intermedia y tardía, lo cual garantiza el éxito de la molienda, al facilitar una programación de corte adecuada que permita que no le falte la caña al central cuando este comience a moler.
La también miembro del Comité Central explicó, asimismo, que el logro de semillas de calidad resulta un elemento definitorio, y en ese sentido, la obtención de vitroplantas de caña, como las generadas por la biofábrica radicada en el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar de Ranchuelo, es de suma importancia.
«Por esa vía podemos lograr el mejoramiento genético necesario y expandir por todo el país variedades de la mejor calidad, al estar rejuvenecidas, saneadas y dotadas de mayor capacidad de rendimiento», añadió la doctora en Ciencias, quien reconoció la aceptación que tiene esa tecnología entre los productores.
Decisiva es también la buena preparación de las tierras antes de emprender la siembra, así como las atenciones culturales que debe brindársele a la caña, en lo cual se han producido muchas indisciplinas, que a la larga deterioran las plantaciones y cuestan azúcar al país, refiere la especialista.
En el caso de Villa Clara, territorio de mayor potencial azucarero en el país y que también presenta una situación nada halagüeña, Aydiloide Bernal reconoció que existen 97 resultados por introducir, los que fueron identificados en los talleres de Más Ciencia, tanto para la parte agrícola como la industrial, algunos de los cuales ya se han concretado; mientras otros aún esperan por la voluntad para hacerse realidad.
El camino de la solución de los múltiples problemas que hoy presenta la producción cañero-azucarera pasa también por el nivel de integración que puedan lograr los diferentes centros científicos.
Resultan loables los vínculos que se han logrado entre la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, algunas empresas azucareras del territorio y el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar, en temas como el empleo de imágenes satelitales para observar el nivel de despoblación de los campos, los niveles de humedad y de compactación de los suelos, entre otros datos.
De igual manera, con la colaboración del Centro de Bioactivos Químicos se trabaja en función de producir herbicidas alternativos que puedan suplir, en parte, el déficit de ese recurso en las actuales circunstancias.
PRECISIONES
- El General de Ejército Raúl Castro Ruz propuso al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros elaborar una propuesta de medidas para salvar la industria azucarera cubana, sus derivados y la generación de energía.
- El Ejecutivo nacional respaldó la propuesta y creó un grupo temporal de trabajo y un cronograma al respecto.
- La propuesta de medidas fue aprobada por el III Pleno del Comité Central del Partido.
- Las 93 medidas incluyen áreas como la producción de caña, la zafra, la generación de electricidad y los derivados; también acciones financieras y bancarias, medidas de financiamiento y de logística, de gestión empresarial y potencial humano, y de ciencia, tecnología e innovación.