En los últimos tiempos se ha hecho recurrente en los medios el término Aprendizaje Profundo (Deep Learning), pero ¿de qué se trata? Pues bien, es una de las ramas de la inteligencia artificial, con un auge y un interés crecientes. Las técnicas de aprendizaje profundo mejoran la capacidad de entender un fenómeno y se utilizan para clasificar imágenes, reconocer el habla, detectar objetos y describir contenidos. Asistentes virtuales como Siri y Cortana son potenciados, en parte, por esta tecnología. Entre las novedades que integran los avances del aprendizaje profundo se encuentran los adelantos de la computación en la Nube distribuida y las unidades de procesamiento gráfico, que ponen a disposición de los usuarios una inmensa capacidad de cómputo, que permite entrenar a los algoritmos muy complejos que requiere esa tecnología.
Se necesita mucho poder de cómputo para resolver problemas de aprendizaje profundo, debido a la naturaleza iterativa (repetitiva) de sus algoritmos, su complejidad y los grandes volúmenes de datos que se necesitan para entrenar a las redes neuronales.
Las áreas en las que más se está utilizando esta tecnología son el reconocimiento del habla, el procesamiento del lenguaje natural, la identificación de imágenes y los sistemas de recomendación.